martes, 27 de mayo de 2008

Cassavetes III

Si la película es antes que nada la creación del director o del guionista, entonces sólo hay un punto de vista sobre el tema. Es la creación de una sola imaginación. Pero si la película la crean los actores, entonces la obra tienen tantas caras como actores; la acción se ve en el conjunto, es la creación colectiva de diversas imaginaciones. Consideremos la película una obra de arte pictórica. Se empieza con ideas, con algo propio; a veces alguien añade algo diferente y la obra cambia un poquito. La unidad estilística hace que un texto carezca de humanidad. No puedo evitar sentir que las historias de muchas personas diferentes y potencialmente inarticuladas son más interesantes que una narración artificiosa que existe únicamente en la imaginación articulada de una sola persona. (...)


Difiero del método de trabajo que defiende Stanislavski y seguido por el Actors Studio, pues implica discusiones en grupo de los personajes. Para mí, cada papel debe concebirse individualmente, y también  debe ser una creación individual. Si cada personaje es el resultado del estudio colectivo del director con el reparto, todo termina encajando. Todo queda muy bonito, perfecto, homogéneo; pero el conflicto de los personajes no es verosímil. Los actores no comentan sus interpretaciones sentados en grupo. Naturalmente el tema general de la obra debe estudiarse en grupo para compartir la misma idea de conjunto, pero cada actor debe conseguir una interpretación personal de su papel sin pasar por esa clase de análisis en grupo y crítica mutua que se asocia con el Método. ¡El único talento que yo podría tener sería el de lograr que el actor se exprese de la manera que quiera, no del modo en que yo quiero que lo haga!


Cassavetes por Cassavetes. Ray Carney. Crónicas Anagrama.
Pág. 88-89.

John Cassavetes
Ray Carney
Cassavetes por Cassavetes

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