domingo, 6 de mayo de 2007

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Esta mañana te miré dormir. Repasé tu perfil. Con mi dedo. Mi. Tu. Nariz. Labios. Barbilla. Barbilla-Labios-Nariz. Entre grises y azules de huecos de persiana. Respirabas muy suave. Inflabas. Lento. Desinflabas. Tus mofletes se redondeaban y estiraban al compás del ritmo que tu pecho marcaba. Besabas. Aire. Y un suave sonido.

Esta mañana te miré y dormías. Cerca. Muy cerca. Convertí tu cuerpo en capas. Rojo. Azul. Bajo saturados. Te inventé en dos planos. Superpuestos. Descolocados. Reinventé tu centro. Y te miré sólo con mi ojo izquierdo. Luego sólo con el derecho. Te miré cerca. Con los dos. Muy cerca. Había dos de ti. Pero uno. Respiraba. Tan lento. Tan cerca. Que juntar los labios significaba tocarte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tan sólo darle las gracias a quien quiera que sea que te haya tocado para que escribas últimamente cosas tan bonitas.